Nuevas zonas con vegetación frondosa, entre un lecho de algas | El Comercio

2022-08-13 14:33:36 By : Mr. John Lee

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Concentración de algas en el anillo navegable. / FOTOS: JUAN CARLOS TUERO

Una cría de focha común observa escondida entre espadañas, al paso del Piles junto a la pista de atletismo, cómo un ejemplar adulto camina por el agua en busca de algo de comida. Lo hace en un punto en el que la frondosidad de la vegetación apenas permite ver de orilla a orilla. Lo impiden ramas y hojas de alisos y sauce blanco que, junto a otras especies vegetales, algunas de porte arbóreo, han colonizado una acumulación de sedimentos formada en la margen izquierda del río a la altura del acceso trasero al Grupo Covadonga.

Pero tan solo unos metros más adelante, a partir del pantalán que se usaba para acceder al anillo navegable, la vegetación de ribera contrasta con otro verde mucho más claro, el de las agrupaciones de algas que forman en la superficie gigantescas manchas que se prolongan hasta la zona de compuertas donde el Piles se une con el Peñafrancia -también se adentran en el canal que conecta ambos ríos entre el hipódromo y la pista de atletismo-. Y es que durante todo este tramo el lecho del río es como una gigantesca madeja vegetal en la que nadan enormes muiles y en la que se enredan desde pelotas de tenis a 'tetrabricks' o garrafas de agua que han acabado en el cauce del Piles.

Agua cayendo al río desde el complejo de Las Mestas; e inicio del tramo canalizado del río en Albert Einstein.

Naturaleza y 'basuraleza' se confunden a lo largo de distintos tramos de un cauce que, desde el puente de La Coría -donde empezará el proyecto de restauración del Ayuntamiento- hasta la desembocadura en la playa de San Lorenzo combina partes de aguas cristalinas que corren entre guijarros y arcillas con otras con gran turbidez, especialmente en el tramo más bajo del río, a partir de la glorieta de La Guía.

A su paso por el parque fluvial, el Piles discurre en gran parte oculto a los paseantes por la acumulación de maleza, con entramados de ramas espinosas que en algunos puntos superan los dos metros de altura. Aunque son varios los pasillos abiertos en zonas concidentes con pequeñas 'playas' de sedimentos por los que bajan al agua principalmente dueños de perros con sus mascotas. Asomándose a estos claros pueden encontrarse puntos en los que el río se muestra casi idílico, ya sea lamiendo con suavidad las raíces de los árboles o acelerando su ritmo en pequeños rápidos entre rocas, pero también otros donde antiguas crecidas dejaron enganchados en las ramas más bajas restos plásticos y textiles -incluida la alfombrilla de un coche- o donde material de construcción de las urbanizaciones del entorno acabó en el fondo del río -en ocasiones ha transcurrido ya tanto tiempo que se ha integrado ya en él, como dos enormes bloques de ladrillo cubiertos de musgo-.

Junto al Grupo hay una zona de frondosa vegetación y otra tomada por las algas.

A la altura de Anselmo Solar el río pasa de correr por su cauce natural a un curso entre escolleras -donde el proyecto municipal prevé suavizar el perfil de las orillas-. Y, en un punto en el que desembocan dos conducciones de saneamiento, inicia este tramo con algunas espumas, que se difuminan poco después al correr del agua entre las grandes rocas que se acumulan en el cauce. No obstante, también entre Anselmo Solar y Albert Einstein el río se intuye -por el ruido- más que se ve por la frondosidad de la maleza.

En Anselmo Solar aparecen algunas espumas.

Su siguiente etapa, ya canalizado entre muros a partir de Albert Einstein, es la ya mencionada con una primera zona sedimentada que gana cada vez más frondosidad y las posteriores 'alfombras' verdes tejidas por la acumulación de algas filamentosas.

A partir del sistema de compuertas el agua se vuelve turbia y el lecho arenoso. Sobre este último pueden encontrarse residuos de lo más diversos, desde conos de tráfico a una valla. Entre la glorieta de La Guía y la desembocadura final hay dos puntos donde la acumulación de sedimentos en la orilla también ha dado lugar al crecimiento de vegetación, principalmente herbácea, entre la que anidan bolsas de plástico.